Las pantallas revelan un faro, y entre la luz y la oscuridad emerge él: El Señor Wos. Apoyado en su poderosa banda, sobre una base de corte marcial, comienza a lanzar las rimas de “Buitres”, extraídas de “Oscuro éxtasis”, el álbum que presentó a fines de 2021. Después, escupe verdades como “ahora los postores buscan la obra maestra para llevarse el fruto cuando la semilla es nuestra” o “ya no me engaño, pensé que estaba solo y ahora tengo gente hasta adentro del baño”. En las pantallas, el público se captura desde el aire mediante drones que sobrevuelan las miles de cabezas y la constelación de pantallas de celulares que registran el evento, con inserciones de las cámaras de seguridad propias de las metrópolis en la era de la cibervigilancia.
La segunda canción de la extensa lista es “Luz delito”, que incluye un guiño ricotero a la melodía de “Luzbelito y las sirenas”. Esto coincide con las remeras del Indio Solari y los Redondos que se ven entre los fans, salpicadas también por camisetas de Sumo, Divididos, los Rolling Stones y los Ramones. Todo esto se da en el marco de un artista, multicampeón en batallas de freestyle, que ha ampliado desde hace tiempo su campo de batalla, en términos houllebequianos.
A pesar de ostentar el título de Señor Wos, el cantante no pierde la oportunidad de compartir la emoción que representa para Wosito el hecho de que esas ideas que una vez surgieron en una hoja ahora estén siendo entonadas por él y por más de 20 mil voces que lo acompañan. Después de interpretar “Alma dinamita” y justo antes de embarcarse en la maratónica “Lleno de zafiros”, esa canción que aborda la embriaguez del karma, la exorcización de dolores y el inicio de un viaje (hasta se permite un guiño a Miyazaki y al Estudio Ghibli, citando “El viaje de Chihiro”). “Que eso se convierta en música y forme parte de todos ustedes”, expresa con gratitud.